La Delicada Balanza entre Libertad Creativa y Acompañamiento Profesional
En el mundo de la comunicación y la producción de contenidos sociales, especialmente cuando se trabaja desde plataformas independientes con una línea comunitaria, como Colonias Amigas, es común encontrarse con distintos tipos de colaboraciones. Algunas fluyen en armonía con los valores del medio; otras, sin embargo, esconden detrás de una supuesta “orientación profesional” una forma de censura sutil, a veces disfrazada de guía académica, sugerencia técnica o intención protectora.
Cuando la Orientación Editorial se Convierte en Silencio Involuntario
No son pocos los casos en que políticos, académicos o figuras públicas —e incluso personas sin formación en medios— intentan moldear la narrativa de un contenido bajo el pretexto de que “así se ve más profesional” o “esto no se debe decir por respeto”. Estas indicaciones, aunque puedan sonar bien intencionadas, muchas veces pretenden convertir un ejercicio de comunicación libre en una vitrina controlada, editada a modo, sin espacio para el análisis crítico o la verdad emocional del entrevistado.
Colonias Amigas no es un escaparate publicitario, ni un canal comercial, ni una editorial de propaganda. Es un proyecto comunitario que responde a una línea editorial nacida desde el territorio: una cultura de paz que se construye desde la participación ciudadana, la memoria colectiva y la expresión auténtica de quienes viven los procesos sociales. Eso implica que las entrevistas, reportajes y productos audiovisuales responden primero a las inquietudes de la comunidad, luego a los valores del medio, y finalmente, sí, a un estándar de respeto, pero no de censura.
Hacer una entrevista con el único propósito de halagar o cuidar la imagen de alguien no solo traiciona esta línea, sino que pone en riesgo la credibilidad del medio. Si alguien quiere una entrevista completamente controlada, con preguntas dirigidas y edición a modo, eso es totalmente válido… pero debe realizarse en su propio canal o, en su caso, en espacios comerciales donde el contenido se personaliza al gusto del cliente. Para eso también existen alternativas —como revistas digitales de corte publicitario o canales personales— en los que se puede difundir ese tipo de contenido sin comprometer la línea editorial de un proyecto comunitario.
Pensémoslo con una analogía sencilla: sería como si un vecino quisiera comprar un sillón para tu casa… y además eligiera el color, el tamaño y el lugar donde colocarlo, sin tomar en cuenta tu estilo o necesidades. La casa, como el canal, tiene su propio diseño, su propia lógica. Y aunque se aprecie la intención, lo que se impone desde fuera siempre genera ruido.
Construir Puentes sin Ceder la Voz Propia
El verdadero profesionalismo no consiste en suavizar el contenido para complacer al entrevistado, sino en cuidar la integridad del proceso comunicativo. En Colonias Amigas, entendemos que cada voz es importante, pero también que cada historia debe ser contada con honestidad, con contexto y con el respeto que nace de decir la verdad, no de esconderla.
Las colaboraciones son siempre bienvenidas, pero deben construirse desde el diálogo y el respeto mutuo. Cualquier intento de editorial a modo, por más académico que se presente, será siempre una forma elegante de censura. Y con eso, no caminamos.