En los últimos años, la comunidad de Río de la Progreso ha enfrentado numerosos desafíos en su búsqueda por revitalizar su entorno y promover actividades deportivas como el fútbol soccer. A través de un esfuerzo colectivo y un firme compromiso con la mejora de su vecindario, los residentes de esta zona han logrado transformar la desolación en oportunidades. Este artículo narra la inspiradora historia de cómo esta comunidad luchó para recuperar sus campos deportivos, iluminación, y revitalizar su espíritu comunitario.Desafíos Iniciales.
Hace más de seis años, la comunidad de Río de la Progreso se encontraba en una situación desoladora. Los campos de fútbol estaban en un estado deplorable, la iluminación era inexistente, y la basura había invadido los espacios públicos. La falta de atención a estos problemas había creado un ambiente propicio para la delincuencia y la desintegración familiar. Los residentes estaban decididos a cambiar esta situación.Peticiones Ignoradas y ObstáculosAl principio, las peticiones a la alcaldía para abordar estos problemas fueron ignoradas. Incluso se había denunciado el robo de las luces del corredor. Sin embargo, la comunidad no se rindió y se acercó al gobierno de la Ciudad de México, específicamente al área de obras y servicios. Se les indicó que debían hacer una petición formal, la cual sería evaluada por el gobierno. Argumentaron que deseaban recuperar su vecindario, al igual que otras áreas de la ciudad.Uno de los obstáculos clave fue la privatización de los deportivos por algunos funcionarios públicos, lo que limitaba el acceso a los espacios deportivos y socavaba el interés en el deporte.Presión y CambioFrente a la negativa persistente, la comunidad recurrió a la contraloría y al gobierno central para ejercer presión. La contraloría intervino y comenzó a investigar las irregularidades relacionadas con la iluminación y los postes. Además, se denunciaron intentos de extorsión por parte de agentes de la policía de investigación, lo que evidenciaba problemas más profundos en la zona.Deporte como Prevención del DelitoPara abordar la inseguridad y la desintegración familiar, se decidió enfocar el deporte como una herramienta de prevención del delito. La comunidad invitó al profesor de ponte pila, Luis, cuya influencia positiva en la comunidad fue evidente. Él se convirtió en una pieza fundamental en la promoción del deporte como un medio para mejorar la calidad de vida.
Restauración y Reconstrucción: La alcaldía, bajo la presión de la contraloría, finalmente instaló la iluminación necesaria. También se tomaron medidas para limpiar y revitalizar el área del río, que había sido abandonada durante mucho tiempo. La comunidad presentó una solicitud para la restauración de los campos deportivos desde Selva hasta Vallejo, y finalmente se pusieron en marcha mejoras que incluyeron la siembra de pasto y la creación de gradas improvisadas.
Este logro no habría sido posible sin el esfuerzo incansable de la comunidad. Se agradece especialmente a personas como Roberto, Germán y el negro, quienes cuidaron y protegieron los campos deportivos desde el principio. Su dedicación fue esencial para mantener estos espacios.En última instancia, este proyecto es un testimonio del poder de la comunidad y la importancia de la persistencia. Más allá de la ayuda de figuras políticas, fueron los ciudadanos comprometidos, los trabajadores incansables y las firmas de apoyo los que hicieron posible este cambio transformador en Río de la Progreso.
La historia de Río de la Progreso es un ejemplo inspirador de cómo una comunidad puede unirse para superar desafíos y transformar su entorno. A través del deporte, la presión a las autoridades y la dedicación de los residentes, se logró recuperar y mejorar significativamente este vecindario. Este proyecto demuestra que cuando una comunidad se une en pos de un objetivo común, puede lograr cambios positivos que perdurarán en el tiempo.